Localidad: Arévalo.
Provincia: Ávila.
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Reseña histórica:
La historia de la tierra histórica o comarca de Arévalo hunde sus raíces en la época prerromana y de dominación romana. A pesar de los hallazgos arqueológicos relativos a esas tempranas etapas, la localidad de Arévalo no aparece de forma certera hasta la repoblación de la extremadura castellana efectuada por Raimundo de Borgoña durante el reinado de Alfonso VI. Ya a mediados del siglo XIII poseía once iglesias y un recinto amurallado completo. Al sur de la villa se desarrolló el arrabal donde progresivamente los grupos mudéjares y judíos fueron afianzándose y creciendo en número y riqueza. Fueron fundamentalmente las décadas finales del siglo XII y los siglos XIII y XIV los momentos claves de la construcción en estilo mudéjar de sus murallas, templos y torres. De aquellas minorías religiosas diversos personajes destacarían en distintos momentos como Moshé de León, Alí Albéitar o El Mancebo de Arévalo. La posición fronteriza de la población respecto al reino de León y al territorio musulmán marcó el porvenir estratégico de la villa, una situación clave entre las principales ciudades del sur del Duero. El protagonismo de la villa en la batalla de las Navas de Tolosa del año 1212 quedó reflejado en su blasón: un caballero armado con lanza y cota de malla saliendo de un castillete a lomos de un caballo.
Con la llegada de la dinastía Trastámara a la Corona, Arévalo vio edificar sus casas reales. Fue aquel desaparecido palacio el escenario de la educación y juventud de la futura reina Isabel la Católica desde 1453 a 1461 junto al desaparecido monasterio de San Francisco de la Observancia. Arévalo alcanzó los últimos decenios de la Edad Media envuelto en las intrigas que rodearon a Isabel y su hermano el infante Alfonso: tras el breve reinado del infante y la instalación de su Corte en la villa, Arévalo fue dada en señorío entre 1469 y 1480 a Álvaro de Zúñiga y su esposa Leonor de Pimentel, duques de Plasencia y de Arévalo, construyendo la fortaleza que hoy poseemos. Pasados los años y calmado el reino de las guerras sucesorias tras la muerte de Enrique IV, Arévalo fue visitado con frecuencia por la reina católica en multitud de encuentros con su madre, la reina viuda Isabel de Portugal. Durante esas décadas la villa fue escenario del importante acontecimiento de la ratificación del Tratado de Tordesillas el 2 de julio de 1494.
Tras la muerte de la reina el 26 de noviembre de 1504, Arévalo viviría de nuevo años de inquietud bajo el liderazgo del contador mayor y tenente de la fortaleza Juan Velázquez de Cuéllar, quien años antes había sido el encargado de la educación de los príncipes Juan y Miguel. La dación en señorío de la villa por parte de Fernando el Católico a la reina viuda Germana de Foix conllevó que Juan Velázquez alzara en rebeldía a Arévalo contra el cardenal y gobernador de los reinos Francisco Jiménez Cisneros desde el otoño de 1516 a la primavera de 1517 para defender lo establecido en el testamento de Isabel la Católica a fin de que la villa permaneciera en la Corona Real. Fue en estos años cuando un joven Ignacio de Loyola vivió sus años de formación bajo la tutela de la familia del contador. Conseguido el compromiso para la reincorporación de la villa al realengo, Arévalo se alzó a favor del recién llegado Carlos I durante el levantamiento de las Comunidades de Castilla con el alcalde Rodrigo Ronquillo a la cabeza.
En reconocimiento y memoria de ese legado de lealtad hoy su blasón luce con orgullo los títulos de Muy Noble, Muy Leal y Muy Ilustre. A estos se añadiría en 1945 el de Muy Humanitaria por el comportamiento ejemplar de la localidad con los heridos del grave accidente ferroviario.
La villa permaneció en los siglos posteriores como un núcleo pujante en cuanto a la fabricación artesanal y de cereal con otros personajes emblemáticos como fray Juan Gil, monje perteneciente a la orden de la Santísima Trinidad que liberó a Cervantes de su cautiverio en Argel. Tras los funestos acontecimientos de la guerra de independencia en los que Arévalo vio menguar su patrimonio histórico en gran medida, fue reconocido como ciudad en 1894 por la reina María Cristina de Habsburgo Lorena en virtud de su desarrollo demográfico y económico. La primera mitad del siglo XX significó para la ciudad sus horas más bajas en cuanto a la conservación de sus bienes, un hecho que contrastó con la gran actividad literaria de multitud de personajes entre los que destacaron el poeta y cronista Nicasio Hernández Luquero o la publicación de diferentes diarios como La Llanura y El Despertar. En 1970 Arévalo fue declarado Conjunto Histórico-Artístico lo que junto a sus Bienes de Interés Cultural, declarados en 1931, fueron la base de una progresiva e imparable recuperación de su legado cultural.
Principales recursos patrimoniales:
Patrimonio eclesiástico:
- Conjunto Histórico de Arévalo (BIC).
- Ermita de La Lugareja – Iglesia de Santa María de Gómez Román (BIC).
Iglesia de San Martín (BIC). - Iglesia de Santa María (BIC).
- Iglesia de San Miguel (BIC).
- Iglesia de Santo Domingo.
- Iglesia de El Salvador.
Iglesia de San Juan.
Ermita de la Virgen del Camino “La Caminanta”.
Patrimonio histórico civil:
- Castillo de Arévalo / Castillo de los Zúñiga (BIC).
- Puente de Medina (BIC).
- Puente de los barros.
- Puente de Valladolid.
- Plaza de la Villa y Fuente de los Cuatro Caños.
- Plaza del Arrabal.
- Ruta de Monumentos Extramuros.
- Arco del Arrabal / Alcocer.
- Bodega del Arriero / Perotas.
- Patrimonio natural: la comarca de La Moraña está dentro de la Z.E.P.A. y L.I.C. de Tierra de Campiñas, una de las más grandes de Europa. Riberas de los ríos Adaja y Arevalillo – Parque Fluvial.
- Patrimonio gastronómico: La marca Tostón de Arévalo. Desde el s. XVI la “cátedra” del asado del cochinillo contando con un proceso acreditado históricamente que sirvió para obtener la marca TOSTÓN DE ARÉVALO. Por otro lado, la gastronomía de la ciudad es inseparable de las legumbres de la comarca, destacando garbanzos y judías de diferentes variedades. Los pasteles genuinos de Arévalo son los jesuitas (hojaldres con crema y piñones) y las tortas del veedor. En otoño, si las lluvias y condiciones climatológicas acompañan, se pueden recolectar diferentes variedades micológicas como níscalos, etc.
- Recursos turísticos: Castillo de los Zúñiga de Arévalo, Arevalorum – Museo de Historia de Arévalo, C.A.M. – Centro de Actividades del Mudéjar, Centro de Interpretación de la Naturaleza-Casa del Concejo (Casa del Cereal y Aula de Observación de la Flora y la Fauna). Ruta eclesiástica.
Fiestas y tradiciones:
- Febrero: Virgen de Las Candelas, Santa Águeda, las fiestas patronales en Honor a Nuestra Señora la Virgen de las Angustias, Carnavales.
- Marzo/Abril: Jornadas Gastronómicas del Tostón de Arévalo y Semana Santa (procesiones)
- Abril/Mayo: Feria de Muestras (bienal).
- Junio: Fiesta en Honor a la Virgen del Camino (tercer fin de semana), Festividad de San Pedro
- Julio: Ferias y Fiestas Patronales en Honor a San Victorino Mártir. Encierros taurinos (desde el Siglo XV, con el tradicional Toro enguantado), verbenas, conciertos, competiciones deportivas, espectáculos, infantiles, desfile de carrozas, etc).